Maté a mi enemigo
Maté a mi enemigo

Video: Maté a mi enemigo

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Video: Tiro, tiro mato a mi enemigo 😎 ( leer descripción ) 2024, Marcha
Anonim
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Ahora ya no tengo miedo. Ahora que está allí, inmóvil en el suelo, mi pesadilla ha terminado. Finalmente puedo empezar a vivir de nuevo. Gracias a él, mi vida se ha convertido en un infierno. Dejé de salir, de conocer gente, siempre cerraba en casa con mi torturador. Mi barrio, mi gente y mis amigos se han vuelto extraños para mí. Incluso María, que vendía frutas y verduras debajo de la casa, ha envejecido sin que yo me diera cuenta, pero sus celos obsesivos también me impidieron charlar con la inofensiva mujer. Hace meses que ya no voy al carnicero de la esquina: me gustaba ir allí dos o tres veces a la semana a comprar algo y reunirme con los amigos del barrio, pero nada, para él cada pequeño comercio era una fuente de ingresos. peligro.

“El supermercado te bastará una vez a la semana, yo me encargo del resto” dijo, y yo le creí todo este tiempo. Fueron años muy duros, aislados del mundo solo porque existía. "Créeme, solo hago esto para protegerte de los peligros del mundo". El bastardo estaba mintiendo, ahora lo sé. El otro día trató de matarme, envenenándome con comida contaminada: "conmigo estás a salvo", me dijo, y en cambio me arriesgué a morir.

Suficiente, no puedo soportarlo más, esta vida empaquetada no es mía, ¡me estoy asfixiando! Ahora soy libre y empezaré a vivir, a salir y a conocer gente de nuevo. Necesito aire, lluvia, oler la vida y sentir las estaciones dentro y fuera de mí. Viviré por el día y no será fácil, lo sé, pero no me arrepiento de lo que hice. Desenchufar no fue fácil, pero lo hice: finalmente apagué el refrigerador.

Hágalo usted mismo, antes de que sea demasiado tarde, vacíe la nevera de alimentos precocinados, verduras marchitas, comida acumulada que le moldea y mata a usted y a sus seres queridos. Vuelve a la calle, a tu barrio y vuelve a estar en contacto con el mundo real, con tus vecinos, con tu carnicero y el verdulero de abajo. Compra lo poco que necesites día a día y comerás siempre fresco y sano. Vuelve al placer de cocinar y de la comida natural, la que huele porque no está envasada, ni precocida ni predigerida. Basta de esta vida sin olores, perfumes y colores, brillante como domopack y falsa como un sofficino. Vuelve a la vida real, sal del hipermercado y redescubre tu barrio: ¡vive, por Dios, antes de que el frigorífico te mate!

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